La violencia
(del Lat. violentia) es un comportamiento deliberado que resulta, o
puede resultar, en daños físicos o psicológicos a otros seres humanos, otros
animales o cosas (vandalismo) y se lo asocia, aunque no necesariamente, con la
agresión, ya que también puede ser psicológica, emocional o sexual, a través de
amenazas u ofensas y que afecta de tal manera que limita las potencialidades
presentes o las futuras de las personas.
Se considera
como elemento fundamental en la violencia el daño causado tanto físico como
psicológico. Este puede manifestarse de múltiples maneras, entre las que se
pueden mencionar solo algunas, como: lesiones físicas, agresiones verbales, humillaciones,
amenazas únicas o sostenidas, rechazos, amedrentamientos, etc. También se puede
mencionar el daño (en forma de desconfianza o miedo) sobre el que se construyen
las relaciones interpersonales; siendo todo esto el origen de los problemas en
las relaciones grupales los cuales se expresan bajo las formas de polarización, resentimiento, odio, baja
tolerancia, poca empatía, etc.
Por norma general, se considera violenta a la
persona irrazonable, que se niega a dialogar y se obstina en actuar pese a quien pese, y caiga
quien caiga. Suele ser de carácter dominantemente egoísta, sin ningún ejercicio de la empatía. Todo lo
que viola lo razonable es susceptible de ser catalogado como violento si
se impone por la fuerza.
A la violencia nos enfrentamos diariamente, en las
calles, en los hospitales, en los establecimientos educativos, en el trabajo y
muchas veces hasta en nuestros hogares; lo que ha generado lamentablemente la
desensibilización de la población, hasta llegar al punto en el cual nos parece
normal y rutinario.
El origen de las agresiones físicas, verbales, y
emocionales se encuentra en su mayoría en los hogares donde están presentes la
falta de comprensión, el maltrato físico, el pobre apoyo familiar, el
alcoholismo, el consumo de drogas, etc.; en los cuales los miembros de la
familia, pero sobre todo los niños y adolescentes, adoptan este tipo de
comportamiento (la violencia), como
una forma de comunicación, no solo con los integrantes del núcleo familiar,
sino con todas las personas con las que se relacionan (en la escuela, en el
trabajo, en hospitales, bancos, etc.).
Entonces, este tipo de comunicación se caracteriza
básicamente por el no respeto del otro, el no respeto de la convivencia, de las
normas ciudadanas y sociales, de lo cotidiano, de la indiferencia al
sufrimiento humano. Eso también es violencia!
Por otra parte, la gravedad e incremento de los
hechos violentos, de homicidios, secuestros o violaciones, hacen que los medios
de comunicación y las redes sociales se ocupen en este tema, en muchas
ocasiones de manera inapropiada, alterando así la vida cotidiana e inundando la
vida de todas las personas, generando así que lamentablemente se le dé menos
atención e importancia al tema de la violencia, quizá como mecanismo de
defensa.
Para lograr cambiar toda esta situación hay que empezar por hacer cambios internos, ser concientes que la violencia no es solo física y que no solo es ejercida por antisociales; que afecta tanto a niños como a adultos; que la violencia solo genera más violencia; y sobre todo, que se puede llegar a soluciones más productivas y efectivas mediante el diálogo, la educación, tolerancia y la ayuda profesional para así tener una mejor sociedad.
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