Se nos ha enseñado desde tiempos inmemoriables, que la unión matrimonial debe ser "hasta que la muerte los separe", sin embargo no siempre se cumple esta premisa.
Familiares y amigos han inculcado en las parejas que el amor todo lo puede, todo lo perdona, todo lo supera, todo lo olvida, todo lo tolera y que ante todo se debe preservar y mantener a "la familia"; y gracias a este consejo muchas personas viven con sus parejas durante años, algunos con la felicidad y gratificación de haber visto fortalecidas sus uniones a pesar de las desabeniencias y altibajos que se les han presentado.
Sin embargo, otras parejas tambien han logrado vivir durante años con esa persona con quien decidieron formar una familia, pero estas no son tan afortunadas, ya que en su afán de mantener y presevar "la familia" se acostumbran a soportar, tolerar y perdonar un sinfín de abusos y atropellos en nombre del "amor"; abusos entre los que se pueden mencionar: indiferencia, descalificaciones, ofensas, amenazas, amedrentamientos, gritos, empujones, golpes, infidelidades y hasta abusos sexuales por parte de uno de los miembros de esa pareja.
Entonces, familia, no es aquella pareja que vive junta durante años bajo la tensión diaria de las situaciones conflictivas mencionadas; Familia es ese lugar del mundo en el cual se consigue tranquilidad, confianza, respeto, lealtad, apoyo, tolerancia, empatía, armonía y sobre todo amor sano, independientemente de las lazos de consanguinidad que existan o de las personas que la integren. De allí que muchas personas consideren su grupo de amigos como una familia, o su lugar de trabajo o su comunidad.
Por estos motivos, no podemos seguir permitiendo que los niños y los adolescentes crezcan bajo el manto de relaciones conflictivas y tóxicas en nombre del amor y sobre todo que aprendan ciegamente aquellas frases de "el amor todo lo olvida, todo lo perdona, todo lo...." y que el matrimonio es "hasta que la muerte los separe".
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